Sin papel no hay cartas de amor

El 15 de octubre de 1937 el soldado republicano J. Figuerola se hace con un pedazo de papel, que aprovecha para dar cuenta a su novia de los últimos acontecimientos con un lápiz violeta cuyo trazo el tiempo casi ha borrado:

Queridísima Enriqueta: Al recibo de esta me alegraré que te encuentres en la mas completa salud, la mia regular, pero no es nada, un poco resfriado

El primer párrafo está escrito con la caligrafía acostumbrada. La redacción de J. y el contenido de sus palabras también son los acostumbrados:

Enriqueta no te é escrito mas pronto porque me esperaba a ver si recibía contestación, mi impaciencia es tan grande que a la hora del correo me pongo nervioso y a medida que los reparten y no sale una para mi no puedo resistir y cogo un malumor que digo yo ya no escribo mas, pero mi amor aciha acia tí es tan grande, que no me hé podido aguantar mas, porque se que si no te escribo sufririas mucho por culpa mia y yo el deber que tengo es acerte lo mas feliz posible.

En cambio, tras estas palabras iniciales, el trazo se diluye literalmente y ocurre algo realmente atípico: Joaquín, que unos días atrás se quedó sin papel y que acostumbra a llenar hasta el último espacio en blanco en sus cartas, termina esta abruptamente y dejando casi la mitad del espacio sin llenar.

Enriqueta tambien te digo que no escribas hasta que no te avise, pues se marchamos ahora mismo asi es que ya escribiré en llegar al sitio donde vamos no sabemos adonde

Sin mas por hoy se despide este que te quiere con intensidad y con un amor insuperable y es

J. Figuerola

Recuerdos para todos

Aunque no hay manera de saberlo, el final acelerado invita a elucubrar que el traslado del 243 batallón de la 61 brigada mixta desde la localidad de Campillos Paravientos sorprendió a J. escribiendo a su chica. Tampoco esta vez sabían a dónde los llevaban. Solo que cada vez estaban más cerca del frente.

*Todas las transcripciones son literales.

VERSIÓ EN VALENCIÀ

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