Un problema narrativo: la falta de acción

Cartas a Enriqueta Galiano

Sigo puliendo el libro que ya tengo prácticamente terminado. Una de las decisiones más trasdencentales en todo el proceso de creación fue la inclusión de las cartas de mi tío abuelo Joaquín tal cual él las había escrito, sin editarlas. Cualquiera que haya echado un vistazo a este blog habrá comprobado que las más de 40 cartas existentes no resultan un material fácil de leer. Por otra parte, pese a que en ellas abundan los momentos de ternura, desde el punto de vista narrativo planteaban un problema difícil de salvar: la falta de acción. Parecían la correspondencia de un soldado que no empuñó las armas y que se limitó a expresar su amor a su prometida y a trasladarle anécdotas poco relevantes. El conflicto, tan necesario en el arte de contar historias, no parecía ir más allá de la separación de dos jóvenes amantes por culpa de la guerra, que no era precisamente el tema en el que pretendía centrar la novela.

Pero si algo tiene esta historia es que está compuesta de muchas capas, la mayor parte de ellas invisible a primera vista. Repasando las fechas de las cartas me di cuenta de que en un momento dado se había producido una interrupción en los envíos de J. Desde su incorporación al ejército, su correspondencia fue absolutamente regular, con una media de una carta cada tres días con la que solo dejó de cumplir, como él mismo justificó, como consecuencia de un proceso febril. Tras la carta escrita el 3 de febrero de 1938, sin previo aviso, la voz de Joaquín calló súbitamente. Era obvio que para su silencio tuvo que existir algún motivo. Esa es una de las metas que he perseguido en este proceso: encontrar las palabras que las cartas o los recuerdos no mencionaban.

Lo primero que se me ocurrió para intentar desvelar los motivos de aquel silencio fue consultar la cronología de la guerra civil para ver si en febrero del 38 había ocurrido algo relevante. La consulta reveló que aquel mes se había producido una batalla corta y poco conocida en el frente de Teruel: la Batalla del Alfambra. Las fechas coincidían. El área geográfica también. Los primeros artículos que encontré terminaron de confirmarlo: entre las unidades participantes en aquella batalla en que el ejército republicano resultó aniquilado se encontraba la 61ª Brigada Mixta de Joaquín. Tras concederle cuatro meses de instrucción militar, al parecer, el frente fue al encuentro del hermano de mi abuelo.

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