Querida y adorada Enriqueta:
De lo que dices, que no haga caso de eso que me digeron. Tu te piensas que a mi me la pegan tan asi como así, pues yo me pienso que soy gato viejo y a mí no. Eso cuando me lo estaba diciendo ya sabia que era mentira, pues se conoce enseguida cuando uno no dice la verdad.
Aprovecho la ocasión para decirte que te quiero con inmensa locura, capaz de los mayores sacrificios en pro del ideal de tu amor y de tu belleza.
Que belleza tan magistral la tuya, irradiadora de una luz vivisima que me ilumina a todas horas el camino lleno de piedras y hachas, tortuoso y con profundos abismos, cortados y amenazadores.
Temo muchísimo que me abandones, porque perdería también, esa luz tan opaca y tan sentimental, cual guia en esta mi vida, llena de zozobras y de amarguras ya de por sí ¿Que seria de mi si te perdiera?
es lo único que tengo que me conduce, apartándome de los temibles abismos, por un camino recto hacia la felicidad tan ansiada
Cada minuto que pasa me parece un siglo, cada rato que estoy contigo un segundo que pasa rapidísimo. Mi vida está consagrada
aeternamente a amarte y quererte y también a admirarte tu maravillosa sonrisa. Aún perdiendote jamás dejare de ser tu esclavo y ofrecerte muchisimo amor.J Figuerola