
Este de aquí arriba es Charlie o Xarli. Le han llamado así porque nadie sabe cuál era su nombre verdadero. Su esqueleto fue encontrado en las excavaciones realizadas en el año 2011 en el escenario del último combate de la Batalla del Ebro, en La Fatarella (Tarragona). Hasta entonces, la última resistencia republicana al sur del río había pasado desapercibida.
Ahora se sabe que el ejército republicano había preparado hasta 7 líneas de defensa paralelas. Con la batalla que decidió la guerra perdida, las tropas que había comandado el físico Manuel Tagüeña emprendieron la retirada en dirección al norte del Ebro. Pero movilizar a 25.000 hombres y conseguir que cruzasen el río a salvo no resultaba fácil cuando el ejército rival se abalanzaba sobre ellos. Necesitaban tiempo. Al menos, 48 horas. Sabiendo que era imposible detener a un enemigo que ya les había derrotado, 1.000 hombres se ofrecieron voluntariamente a librar el último de los combates. Defenderían la línea fortificada con el único propósito de que sus camaradas ganasen el tiempo necesario para ponerse a salvo. Y eso fue justo lo que hicieron. Aguantaron el tiempo justo para que lo que quedaba del ejército del Ebro se retirase sin ser masacrado por la espalda. Según los historiadores, no hubo supervivientes. “Nunca tantos debieron tanto a tan pocos”, diría sobre ellos Winston Churchill.
Así fue como cayó Charlie. Defendiendo la última trinchera republicana. Una granada se le llevó la mano y la vida cuando intentaba devolverla al enemigo. Alrededor de sus huesos, multitud de casquillos atestiguaban la valiente resistencia que ofreció hasta el último momento. La exhumación de sus restos reveló, entre otros objetos un cepillo de dientes, un tubo de brillantina, un frasco de medicina y una escudilla para el rancho.
En la misma trinchera apareció también un tintero, hecho que no sorprendió en absoluto a los arqueólogos, que aseguran que como consecuencia de la campaña de alfabetización realizada por la República es mucho más frecuente hallar este tipo de utensilios en los yacimientos del bando rojo. El propio Charlie, fuese quien fuese, llevaba encima una hoja de papel en blanco cuando murió. Me pregunto para quién sería aquella carta que no llegó a escribir.
Enlaces
El último día de la Batalla del Ebro (informe oficial de las excavaciones)
La guerra de Charlie no ha terminado (sobre la segunda desaparición de Charlie, la actual)
